El Banquito de Madera
¿Qué estará cuidando aquel soldado parado día y noche junto a un banquito de madera?
Imagina un banquito de madera, ubicado en el medio de un gran patio.
El patio pertenece a un cuartel militar ubicado en Sevilla.
Al lado del banquito un soldado haciendo la guardia diurna.
El solitario soldado firme junto al banquito esperando su relevo.
Al caer la tarde llega un nuevo soldado y luego de una protocolar reverencia releva al de la guardia diurna.
Comienza otra larga guardia nocturna en aquel silencioso patio, junto al banquito de madera.
Así pasaban los días y las noches.
Cada soldado comprometido con su guardia asignada y dispuesto a otra jornada al costado de aquel banquito.
Ninguno sabía de qué se trataba esa guardia, solo obedecían órdenes.
Hasta que cierta vez, un general recién llegado al cuartel observó la escena y preguntó:
—¿Qué hace ese soldado junto a aquel banquito de madera?
Nadie supo responderle, así que tuvieron que desempolvar los archivos militares hasta encontrar la orden original.
Lo que encontraron los dejó boquiabiertos.
Hacía más de treinta años que un oficial había mandado a montar la guardia de aquel banquito.
Sucedió que lo acababan de pintar y querían evitar que alguien se sentara en la pintura fresca.
Auspiciante
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Me encanta esta mini historia de Eduardo Galeano —reinterpretada por mí en este caso— porque me hace pensar en varios puntos que observo generalmente en organizaciones:
el poder que tienen las preguntas desde la ingenuidad y el real deseo por descubrir y aprender.
el desafío que conlleva desarrollar —en uno mismo y el equipo— una mirada crítica de lo ya establecido.
el valor que tiene la mirada poco sesgada de quienes recién se suman a un equipo, departamento u organización.
el impacto que tiene una orden de una persona con poder dentro de una estructura jerárquica.
la responsabilidad que conlleva saber comunicar nuestras expectativas.
la importancia de definir una fecha límite para cada pedido.
¿Qué otras reflexiones te emergen de esta mini historia?
Te mando un abrazote.
Maro
PD: Envié este newsletter originalmente en Marzo 2024.
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Me hace recordar a lo que llamo teoría del seguro.
Imagina que, conduciendo por una carretera comarcal, detectas una enorme columna de humo a lo lejos. Y piensas — vaya, un incendio en el bosque. Seguro que alguien más lo ha visto y ya han llamado a emergencias.
Y así, sucesivamente.
Nadie llamó.